Enfoque
La onomatopeya es un campo de estudio que, en comparación con otras categorías, no ha recibido demasiada atención por parte de los lingüistas, pues suscita numerosas dificultades a nivel ontológico y epistemológico. Además, la falta de literatura científica especializada trae consigo una escasez de datos fiables que permitan un estudio más pormenorizado de estas unidades, cuya categorización aún es fruto de debate entre autores especialistas, clasificándolas como interjecciones o subclase de estas (Barbéris 1992; 1995; Kleiber, 2006; Melnikienė, 2016), lo que genera conflictos teóricos, pues no todos los rasgos de la interjección se les aplican. Por ejemplo, entre otros rasgos distintivos, la interjección posee una convencionalidad que la onomatopeya no presenta (Kleiber, 2006). Esta problemática se acentúa añadiendo factores como su recursividad y libertad creativa, que dificultan la sistematización y delimitación de estas unidades, su comparación y su estudio en corpus. Por añadidura, su naturaleza contradice la característica intrínseca de arbitrariedad propia al signo lingüístico (Aloufi, 2021; Orrequia-Barea y Herrera Rueda, 2024), ya que la onomatopeya es semi-motivada o semi-arbitraria (Kleiber, 2006). Es así el único signo lingüístico que muestra esta naturaleza, pues se construye por un proceso de mimesis de la realidad extralingüística representada (Barbéris 1992; Bueno, 1994; Kleiber 2006; Orrequia-Barea y Marín Honor, 2018; Orrequia-Barea y Herrera Rueda, 2024), mostrando una relación de relativa contigüidad con la realidad referencial representada. Todo esto establece una compleja casuística donde, en muchas ocasiones, los límites entre onomatopeya e interjección son difusos, así como su delimitación teórica como unidad.
¿Qué es una onomatopeya? ¿Qué la diferencia de una interjección? ¿Cómo se determina su significado o se desambigua? ¿Cómo delimitar dos onomatopeyas alófonas… son unidades distintas, o la misma? ¿Cuál es su lugar en la sintaxis?
En esta comunicación discutiremos varios de los problemas definitorios en torno a esta unidad como signo, a saber: su categorización, su distinción con la interjección y su lugar en el repertorio lingüístico de los hablantes. La onomatopeya exige, para su categorización y estudio de su naturaleza, adoptar posturas teóricas que aborden el hecho desde la semiótica, pero también desde la semántica y la pragmática, lo cual dificulta aún más su estudio por su complejidad. Nos acercaremos a ella tomando como referencia los postulados de Barbéris y Kleiber, dos de los principales autores que han dedicado literatura científica a su estudio pormenorizado. Expondremos las diferencias de sus postulados, así como los retos futuros que debemos abordar en el estudio de estas unidades.
La riqueza expresiva de la onomatopeya es manifiesta, pues es usada muy frecuentemente en la vida cotidiana para enriquecer la comunicación verbal y escrita (Arboleda y Arce-Lopera, 2017; Yaqubi, Tahir y Amini, 2018; Orrequia-Barea y Herrera Rueda, 2024). Así, esta teorización se plantea como necesaria, pues permite esclarecer algunas creencias establecidas en torno a esta unidad, así como establecer ciertos criterios teóricos generales que posibilitan el trabajo en lingüística aplicada con esta unidad. Esta comunicación se plantea como una teorización previa a posteriores estudios prácticos, afín de realizar un acercamiento a esta compleja e intrincada unidad.
Salud Adelaida Flores Borjabad
Comentó el 20/11/2024 a las 09:20:07
Buenos días,
Enhorabuena por tu presentación. Me ha parecido muy interesante y creo que es necesaria, ya que como indicas la onomatopeya está en la vida cotidiana. No obstante, te quería hacer la siguiente pregunta: Claro, aquí tienes una posible pregunta bien formulada para el contexto de esta ponencia: ¿qué retos considera más urgentes abordar en términos de aplicación práctica en lingüística? Además, ¿qué criterios teóricos generales podrían establecerse para mejorar el tratamiento de esta unidad en estudios futuros?
Muchas gracias.
Un saludo,
Salud A. Flores Borjabad
Diego Herrera Rueda
Comentó el 20/11/2024 a las 09:41:14
Buenas tardes compañera:
Intentaré darle una respuesta combinada, ya que considero que ambas cuestiones van de la mano. Creo que el reto más urgente a abordar es aumentar la producción científica y el estudio pormenorizado de las onomatopeyas, para contar con una teorización extensa que fundamente los criterios generales que comentas. Yo, por desgracia, no puedo establecerlos, pues ni siquiera Barbéris o Kleiber llegaron a una teoría general de la onomatopeya. Ojalá. Sin embargo, te invito a que consultes la contribución que se publicará sobre esta ponencia, donde hago una propuesta de síntesis de criterios generales que, aunque no resuelve el asunto, esboza un estado de la cuestión general con el que podemos empezar a trabajar en lingüística aplicada, por ejemplo.
Muchas gracias por tu pregunta.
Un saludo.
Salud Adelaida Flores Borjabad
Comentó el 20/11/2024 a las 10:27:35
Muchas gracias por tu respuesta. Estoy deseando poder leerlo, creo que debe ser muy interesante. Un fuerte abrazo,
Salud
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