Enfoque
Introducción: La ciencia ficción se ha constituido en un laboratorio desde el que imaginar mundos y los films han devenido los espacios idóneos para concretarlos visualmente. El cine ha reflejado las preocupaciones y los anhelos propios de cada momento, así como también ha servido para proyectar futuros, otorgándoles una iconografía concreta, siempre deudora del presente desde el que se imaginaba en cada época. Por ello, en esta ponencia proponemos un recorrido a través de cómo la ciencia ficción ha planteado anticipaciones o ucronías, deparando en algunas líneas en concreto que nos permiten considerar de qué modo se han ido generando unos lugares comunes, es decir, unas codificaciones precisas a la hora proyectar futuros posibles, pero evidenciando que las iconografías actuales no siempre han sido las predominantes.
Objetivos: El objetivo principal estriba en atender cómo la ciencia ficción ha dotado de un rostro, de una apariencia a todo aquello desconocido -en el espacio o en el tiempo- y cómo ello ha ido fluctuando en función de las inquietudes de cada época.
Metodología: Ha consistido en revisar obras literarias y cinematográficas de ciencia ficción para intentar trazar un relato a la luz del proyecto de la modernidad, así como se ha atendido especialmente a su concreción visual desde el siglo XIX en adelante para ver cuál es su herencia en la cultura contemporánea y de qué manera se ha superado o perpetuado la ideología del proyecto moderno.
Discusión y Resultados: Para poder abordar estas cuestiones, depararemos en algunas obras literarias y cinematográficas para analizar de qué modo se ha ido gestando en distintos momentos una determinada iconografía de asuntos como el futuro, la otredad, las ansias de colonización, el liderazgo geopolítico o la emergencia climática y qué queda de todo ello en la cultura visual actual. Para ello, además de establecer un panorama, nos centramos en algunos casos de estudio significativos en tanto que representativos de cada uno de los temas planteados.
Conclusiones: Cada época ha creado sus héroes y antagonistas en función de anhelos y recelos, y esta imaginación ha hallado un perfecto acomodo en la iconografía propia de la ciencia ficción. La cultura visual y literaria contemporánea cuenta con una serie de lugares comunes que a menudo olvidamos cuándo fueron forjados, en función de qué ideologías y qué queda en esas codificaciones visuales de tal acervo de principios, valores y creencias, analizando cuáles son las herencias y las rupturas que se plantean en las propuestas actuales y advirtiendo cómo las iconografías de hoy en día a menudo tienden a perpetuar antiguos modelos que aplicamos a nuestras incertidumbres contemporáneas -la omnipresente idea del fin del mundo o el ansia de habitar otros lugares del espacio- en vez de ofrecer alternativas conscientes o posicionadas para cuidar el planeta y sanar los daños causados por unas prácticas y unas ideas que son las que han forjado la dimensión visual que tenemos de todo ello.
Mildred Santiago Nicotera
Comentó el 20/11/2024 a las 23:51:10
Hola, Marta:
En la presentación se plantea la necesidad propositiva de imaginarios y relatos visuales que pongan al ser humano en el centro y recordé la película Solaris de Andrei Tarkovsky, que es además la adaptación de una novela. Solaris es una obra de culto y se considera una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine.
Tiene esos axiomas característicos de Tarkovsky, aquel «No queremos conquistar el cosmos, solo queremos entender la Tierra» o «no sabríamos que hacer con otros mundos».
Solaris, y también Stalker, la otra película de Tarkovsky ligada a la ciencia ficción, comparten la idea de la espiritualidad y el viaje gnoseológico como el único camino para restaurar el planeta. La marca temporal de esa espiritualidad consciente no contempla la progresión del tiempo y mira al futuro con la humildad de quien no puede tocarlo ni siquiera imaginarlo. A tenor de la pregunta de Azucena, mi pregunta sería: ¿cree que esos otros imaginarios han estado más presentes en el llamado cine de arte o de autor?
Muchas gracias por tan interesante ponencia.
Marta Piñol Lloret
Comentó el 21/11/2024 a las 13:21:27
Estimada Mildred,
Muchas gracias por su comentario, absolutamente acertado. En efecto considero que desde el cine de autor se han explorado de manera más consciente estas cuestiones y no se ha puesto el foco en generar imágenes en las que prima la fascinación por aquello devastado que la voluntad propositiva de plantear alternativas al modo de relacionarnos con el mundo. Precisamente remito a Solaris y a Tarkovsky en otra ponencia presentada en este congreso, con el título de “Temporalidades difusas: El cine a autor de ciencia ficción”.
Gracias y saludos,
Marta Piñol.
Mildred Santiago Nicotera
Comentó el 21/11/2024 a las 18:17:50
Muchas gracias, Marta, por la respuesta. Buscaré la otra ponencia en el Congreso.
Un saludo,
Mildred
Azucena Barahona Mora
Comentó el 20/11/2024 a las 17:11:07
Estimada Marta:
Enhorabuena por su trabajo. Me gustaría plantearle la siguiente pregunta: ¿qué ejemplos específicos considera más representativos en el cine de ciencia ficción contemporáneo para proponer alternativas conscientes y posicionadas frente a las incertidumbres ecológicas y sociales actuales?
Gracias y un saludo
Marta Piñol Lloret
Comentó el 21/11/2024 a las 13:18:46
Estimada Azucena,
Muchas gracias por su pregunta, que además enlaza con mis investigaciones en tanto que me ocupo especialmente de la construcción de imaginarios que ofrece el cine contemporáneo en relación con otras formas de relacionarnos con el mundo. Algunas de ellas las desarrollo y las encontrará en otra ponencia presentada precisamente en este mismo congreso, bajo el nombre de “Tiempos difusos”. No obstante, considero que el cine actual -y especialmente aquel de corte comercial- apuesta por crear imágenes que más que proponer otras formas de relacionarnos con el mundo ya lo dan por perdido. No obstante, considero que el arte contemporáneo sí que está proponiendo miradas interesantes, especialmente en el ámbito del bioarte.
Saludos cordiales,
Marta Piñol.
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