Enfoque
La vía tradicional sobre la que siempre sea apoyado el docente para transmitir el conocimiento a los estudiantes es la sesión teórica o la comúnmente denominada “lección magistral”. Sin duda, la didáctica universitaria se ha basado en esta modalidad de enseñanza, en la que el estudiante acudía al aula para tomar los clásicos apuntes del profesor que servían de referencia a éste para estudiarlos con posterioridad de cara al examen. La sesión teórica está dirigida a la proporcionar al alumno los conocimientos imprescindibles y mínimos para la comprensión básica de la disciplina.
Sin embargo, la enseñanza evoluciona hacia metodologías que aportan un plus de utilidad, razón por la cual se hace preciso combinar la docencia teórica con la de corte práctico, especialmente sobre esta última. Ya el Ministerio de Educación y Ciencia, en su Propuesta para la renovación de las metodologías educativas de 2006, destacó la importancia de las lecciones prácticas por las múltiples ventajas que arrojan. Entre ellas: 1.ª facilitan el desarrollo de destrezas; 2.ª favorecen el conocimiento de los métodos propios de cada titulación; 3.ª propician la adquisición de competencias; 4.ª desarrollan las habilidades técnicas; 5.ª incentivan las habilidades de comunicación; y 6.ª proporcionan una visión global de la práctica profesional.
En torno a su contenido, la sesión práctica no puede versar únicamente en el examen, por el estudiante, de resoluciones jurisprudenciales, pues, en tal caso, le estaríamos proporcionando una preparación que es exclusiva de profesiones muy concretas del Derecho, como la judicatura y la abogacía o procura, que no las únicas que integra dicha rama. El estudiante debe tener acceso también a otros documentos que constituyen la práctica jurídica en general, más allá del ámbito judicial: formularios contractuales, escrituras notariales, letras de cambio, cheques, pagarés, efectos de comercio, dictámenes, albaranes e inventarios, calificaciones registrales, entre otros.
En las enseñanzas jurídicas, resulta muy útil el método del caso, que consiste en la elaboración de un supuesto práctico amplio y relativamente complejo, con múltiples cuestiones que afectan a distintas partes del temario; en definitiva, un supuesto que se aproxima a los casos reales que un profesional aborda regularmente en el seno de su actividad y que, no necesariamente, presenta una única solución correcta. Para su resolución, el estudiante precisa emplear varias horas de dedicación y debe hacer uso de todos los recursos que tenga a su disposición (legislación, jurisprudencia, resoluciones administrativas, doctrina) con el fin de construir un dictamen fundado en la utilización de esas herramientas, y finalizado con una opinión/recomendación jurídica propia. Sólo de esta manera, a mi juicio, es posible aproximar al alumno a un marco jurídico-práctico adaptado la realidad del sector jurídico actual. Además, aunque constituya una simulación meramente aproximada a lo que es un procedimiento judicial en esencia, este método de elaboración de dictamen sobre un caso concreto, sirve mucho para actividades en las que el cliente solicita un informe donde el profesional debe analizar y exponer el estado jurídico que gira en torno a una cuestión que el cliente desea conocer en profundidad.
En torno a la metodología, el profesor elaborará a conciencia un caso práctico extenso (entre 3-5 páginas), empleando para su redacción distintas sentencias y otros aspectos de creación propia que aborden distintas partes del temario, pues el objeto de esta tarea es que el estudiante conecte los conocimientos adquiridos y proporcione una solución debidamente argumentada. Durante la resolución del caso en clase, se abordará una a una las distintas preguntas planteadas, con un pequeño debate entre todos los participantes donde -de forma similar a un trabajo en equipo- manifestarán sus aportaciones y, al final de la sesión, pondremos en común las conclusiones más relevantes. Finalmente, el profesor ofrecerá su visión resolutiva del caso práctico.
Los resultados de esta actividad se traducen en un desarrollo intelectual del estudiante, pues tras una tarea de reflexión individual reposada y un debate colectivo de aportación de ideas (brainstorming), el conocimiento adquirido perdurará en él por razón de emplear un método de estudio basado en la aplicación práctica de conocimientos y no en una mera memorización de los mismos. Como conclusión final, es posible afirmar que empleando este método de aprendizaje (más laborioso para el docente que la clásica lección magistral), el estudiante estará más para integrarse en el mundo laboral y desempeñar un trabajo especializado y, también, tendrá más facilidad para desempeñarlo con cooperación con un equipo de trabajo; aptitudes, sin duda, muy demandadas por las empresas del siglo XXI.
Martín González-Orús Charro
Comentó el 21/11/2024 a las 15:29:57
Estimado Jairo.
Muchas gracias por la pregunta.
En esos casos voy tomando notas de los estudiantes que intervienen; suelen participar más si piensan si afino la calificación con el granito de arena que aporta cada uno.
Un saludo.
Jairo León-Quismondo
Comentó el 21/11/2024 a las 12:47:18
Estimado Martín. Enhorabuena por su trabajo. En relación con la implementación del método del caso, ¿qué estrategias recomienda para motivar a los estudiantes que inicialmente muestran resistencia o desinterés hacia esta metodología más activa y participativa, especialmente en grupos numerosos donde el debate colectivo puede ser más complicado de gestionar? Muchas gracias y felicidades nuevamente.
Martín González-Orús Charro
Comentó el 21/11/2024 a las 15:31:14
Estimado Jairo.
Muchas gracias por la pregunta.
En esos casos voy tomando notas de los estudiantes que intervienen; suelen participar más si piensan si afino la calificación con el granito de arena que aporta cada uno.
Un saludo.
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