Enfoque
Las Experiencias Adversas en la Infancia (ACE) comprenden eventos potencialmente traumáticos que afectan a menores de 18 años y pueden tener consecuencias negativas tanto en la niñez como en la vida adulta. Diversos estudios han demostrado que una alta puntuación en ACE está asociada con un impacto considerable en la vida y la salud de las personas a lo largo de la vida (Felitti et al., 1998, 2010).
Según investigaciones recientes, las ACE son más comunes de lo que se pensaba en la población general y en grupos específicos, como estudiantes y profesionales de la relación de ayuda (Thomas, 2016). Esto mismo es reafirmado por la OMS en su primer informe, donde señala que una cuarta parte de los adultos reporta haber sufrido abusos en la infancia, y destaca la importancia de prevenir la violencia infantil como un problema de salud pública de largo alcance (OMS, 2014). Sin embargo, su transformación en trauma o no depende de los factores moderadores presentes en el proceso de traumatización o en la situación de crisis, como son: la resiliencia, el apego, las estrategias de autocuidado, entre otras.
Por otro lado, no se han encontrado evidencias científicas que validen la hipótesis del ”Sanador Herido”, la cual sostiene que las personas que han experimentado eventos potencialmente traumáticos en la infancia tienden a elegir profesiones de ayuda, como el trabajo social o la medicina (Barr, 2006).
La investigación empleará una metodología de encuesta con un enfoque transversal para analizar la relación entre las ACE y variables como resiliencia, apego, autocuidado y motivaciones que influyen en la elección de la carrera universitaria. Para ello, se solicitará acceso a los estudiantes de 1º a 4º de cada grado, tras consultar con los responsables de cada programa académico. Se han diseñado siete instrumentos para alcanzar los objetivos planteados, que incluyen un cuestionario sociodemográfico; el Cuestionario Internacional de las Experiencias Adversas en la Infancia (ACE-IQ) de la OMS; el Cuestionario de Resiliencia de Connor-Davidson; la Escala de Conductas de Autocuidado de Torres, Corral y Corral; el Cuestionario de Apego Adulto de S. Yárnoz Yaben; el Cuestionario de Relación diseñado por Bartholomew y Horowitz en 1991; y un cuestionario propio sobre la motivación para la elección de carrera, desarrollado a partir de la literatura existente y un panel de expertos.
Los resultados manifestaron una elevada prevalencia de ACE, sin posibilidad de discriminar significativamente entre grados. Ello permitió despejar la hipótesis de Barr (2006), sin embargo, la elevada prevalencia de ACE sugiere la necesidad de incorporar estrategias educativas sensibles al trauma para mejorar el aprendizaje en este contexto. Para ello, es crucial que los docentes ofrezcan recursos de apoyo o que se pueda dirigir a un departamento de atención psicológica debido a este incremento de demanda de asistencia.
Gustavo Iván Campos Tapia
Comentó el 23/11/2024 a las 20:54:06
En hora buena por excelente trabajo, de suma relevancia.
Mi pregunta es: ¿Qué pasos concretos consideran que una universidad podría implementar para integrar estrategias de aprendizaje centradas en el trauma y asegurar que tanto docentes como estudiantes estén capacitados para abordarlas?
Espero sus perspectivas. ¡Gracias!
Vera Méndez Monleón
Comentó el 26/11/2024 a las 11:22:39
Buenos días, Gustavo,
Muchas gracias por tu reconocimiento hacia nuestro estudio.
En primer lugar, cabe mencionar que se trata de una investigación que aún se encuentra en desarrollo, por lo que nuestra respuesta a tu pregunta podría variar a medida que avancemos en el trabajo. No obstante, con los datos preliminares que manejamos hasta el momento, consideramos la posibilidad de fomentar una mayor sensibilización sobre el fenómeno, así como reforzar el papel de los departamentos especializados en la atención al alumnado. Esto podría lograrse mediante la difusión entre el PDI y la oferta de cursos de formación complementarios para docentes, orientados a proporcionar herramientas para el acompañamiento en situaciones de crisis u otras situaciones especiales.
Paralelamente, estamos llevando a cabo un proyecto de innovación docente cuyo objetivo es analizar si el fomento, por parte de los docentes, en la implementación de estrategias de autocuidado entre el alumnado mejora el estado emocional durante el curso académico. Aunque todavía no contamos con los resultados, confiamos en poder compartirlos pronto con todos.
Espero que esta información haya aclarado tu pregunta.
Un saludo,
Vera Méndez Monleón
Comentó el 22/11/2024 a las 15:42:14
Buenos días, José Víctor:
Ante todo, agradecerte tu interés por la investigación. Respecto a tu consulta sobre los recursos de atención al alumnado, más que derivaciones o recursos, hablamos de una forma de docencia más formada y sensibilizada con las experiencias adversas o tráumaticas.
Dicho esto, cabe mencionar que muchas universidades cuentan con Servicios de Atención Psicológica e incluso Servicios Sociales. En el caso de nuestra universidad, también disponemos de un laboratorio de Mediación, Resolución de Conflictos y Orientación Familiar, que ofrece atención a las personas que solicitan estos servicios, incluido el alumnado.
Espero haber resuelto tu duda.
Un saludo,
José Víctor Oron Semper
Comentó el 21/11/2024 a las 09:19:27
Gracias por la investigación. Comentas que vale la pena ofrecer recursos dada la alta prevalencia y fuerte impacto. Además de derivar a psicólogos, ¿qué recursos conoces? Gracias
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